Cuando una perra entra en casa, suelen surgir preguntas sobre su salud reproductiva y su desarrollo. Un aspecto clave a tener en cuenta es el inicio de su ciclo de celo, comúnmente conocido como «celo» o «estro». Reconocer cuándo las perras experimentan sus periodos y las implicaciones para su salud y comportamiento es esencial para todo propietario de un perro.
Edad del primer ciclo de celo
Las perras suelen iniciar su primer ciclo de celo entre los seis meses y el año de edad. Sin embargo, este momento puede variar significativamente en función de la raza, el tamaño y la salud individual. Las razas más pequeñas pueden empezar el celo a los cuatro meses, mientras que las razas más grandes pueden no experimentar su primer celo hasta el año o más. Por lo general, la mayoría de las perras tienen su primera regla a los 18 meses de edad.
Etapas del ciclo de celo
El ciclo de celo consta de cuatro fases distintas: proestro, estro, diestro y anestro. Cada etapa tiene características y duraciones únicas. – Proestro:** Dura unos nueve días e incluye signos físicos como hinchazón vulvar y secreción sanguinolenta. La perra se prepara para el apareamiento, pero aún no es receptiva al macho.
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Estrus:** Esta fase dura entre cinco y nueve días, durante los cuales la hembra es fértil y capaz de concebir. Pueden producirse cambios de comportamiento; puede volverse más cariñosa o mostrar signos de agitación. Los perros macho se sentirán atraídos por ella, por lo que es crucial vigilarla de cerca para evitar apareamientos no deseados.
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Diestrus:** Durante unos dos meses, el cuerpo de la perra se prepara para un posible embarazo. Si no concibe, su cuerpo pasará a la fase de reposo conocida como anestro.
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Anestro:** Esta fase puede durar varios meses y marca un periodo de inactividad reproductiva.
Cambios de comportamiento durante el celo
Durante el celo, las hembras pueden mostrarse más inquietas, vocalizar o intentar escapar si perciben la presencia de machos cerca. Durante este periodo, es vital proporcionarle un entorno seguro, lo que puede incluir mantenerla dentro de casa con más frecuencia y estar atento durante los paseos o los juegos al aire libre.
Consideraciones sanitarias
El ciclo de celo es un aspecto natural de la vida de una perra, pero también puede provocar ciertos problemas médicos. Por ejemplo, las hembras no esterilizadas corren el riesgo de padecer piometra, una infección uterina grave. Las revisiones veterinarias periódicas y las conversaciones sobre la esterilización son esenciales para mantener la salud reproductiva de su perra.
La esterilización y sus beneficios
Muchos propietarios de perros deben decidir si esterilizar o no a su perra. La esterilización, u ovariohisterectomía, extirpa los ovarios y el útero, eliminando el ciclo de celo. Este procedimiento también reduce el riesgo de ciertos problemas de salud, como los tumores mamarios y la piometra. La decisión debe tomarse teniendo en cuenta la salud de la perra, su estilo de vida y sus posibles planes de cría.
Si se opta por no esterilizar a la perra, es fundamental controlar sus ciclos de celo. Es importante estar atento a su comportamiento y a cualquier interacción con perros machos. A algunos propietarios les resultan útiles los pañales o compresas de celo para controlar las secreciones y mantener limpia la casa.
Adiestramiento y socialización
Además de controlar los ciclos de celo, es beneficioso asegurarse de que su perra recibe un adiestramiento y una socialización adecuados. Esto puede ayudar a reducir los cambios de comportamiento durante el ciclo de celo. Crear un vínculo fuerte a través del adiestramiento fomenta una mejor comprensión de sus necesidades y comportamientos durante este periodo.
Ser un propietario responsable implica estar informado y preparado. Tanto si decide esterilizar a su perra como si le permite experimentar los ciclos de celo, es esencial que conozca el momento en que se producen y cómo ayudarla durante este proceso natural. Su perra depende de que usted conozca y cuide su salud reproductiva.