Si eres el dueño de un nuevo cachorro, es posible que te preguntes: «¿Por qué se queja mi cachorro?». Este comportamiento es bastante común en los perros jóvenes y puede deberse a varias razones. Reconocer las causas subyacentes es esencial para abordar el problema y fomentar un vínculo fuerte con su amigo peludo. Los lloriqueos son una forma de comunicación, e interpretarlos puede mejorar el bienestar y la felicidad de su cachorro.
Motivos comunes de los lloriqueos
Los cachorros aún están aprendiendo a desenvolverse en su entorno y las vocalizaciones son un medio fundamental para expresar sus necesidades y emociones. Los lloriqueos pueden indicar necesidades sencillas, como hambre o ganas de salir al exterior, pero también pueden reflejar problemas emocionales más profundos, como ansiedad o miedo. Prestar atención a estas señales es crucial.
Un motivo frecuente de los lloriqueos es el deseo de llamar la atención. Los cachorros son criaturas sociales que prosperan en la interacción con los humanos. Si se sienten desatendidos o excluidos, es posible que lloriqueen para captar su atención. Este comportamiento suele hacerse evidente cuando usted sale de la habitación o se centra en otras tareas. Tu cachorro puede lloriquear cuando te ve ocupado con otros miembros de la familia o mascotas, esencialmente diciendo: «¡No te olvides de mí!».
Además de buscar atención, los cachorros a menudo lloriquean para comunicar sus necesidades básicas. Si tienen hambre, están cansados o necesitan salir, los lloriqueos son una señal de que algo va mal. Antes de dar por sentado que su cachorro no hace más que dramatizar, compruebe sus cuencos de comida y agua, asegúrese de que necesita hacer sus necesidades o vea si está listo para echarse una siesta. Establecer una rutina puede ayudar a reducir este tipo de lloriqueos, ya que su cachorro aprenderá cuándo debe esperar que llegue la hora de comer, las sesiones de juego y las pausas para ir al baño.
Cómo tratar la ansiedad y el miedo
La ansiedad es otro motivo común de los lloriqueos. Los cachorros pueden sufrir ansiedad por separación, especialmente si acaban de ser adoptados o se han mudado a un nuevo hogar. Un entorno nuevo puede resultar abrumador y la ausencia de olores, sonidos y personas familiares puede desencadenar estrés e inseguridad. Si tu cachorro gimotea cuando sales de la habitación o cuando está en la jaula, puede indicar ansiedad por separación. Comprender sus causas puede ayudar a crear un entorno más reconfortante para tu cachorro.
El miedo también puede provocar lloriqueos. Aunque los cachorros son curiosos por naturaleza, pueden asustarse fácilmente ante ruidos fuertes, personas desconocidas o nuevas experiencias. Si su cachorro gimotea durante las tormentas o cuando se encuentra con algo desconocido, es probable que esté asustado. En estos casos, es importante tranquilizarlo y ayudarle a sentirse seguro. Proporcionarle un espacio acogedor, como una cama cómoda o una zona designada en casa, puede ayudarle a controlar sus miedos de forma más eficaz.
Sobreestimulación y malestar físico
La sobreestimulación también puede provocar lloriqueos. Los cachorros tienen mucha energía y pueden sentirse abrumados durante los juegos o cuando conocen a nuevos perros o personas. Si su cachorro se queja en estas situaciones, puede ser su forma de indicar que necesita un descanso. Observar el lenguaje corporal de tu cachorro, como jadear, pasearse o mirar hacia otro lado, puede ayudarte a reconocer cuándo se siente sobreestimulado.
A veces, los lloriqueos pueden estar relacionados con un malestar físico. Los cachorros atraviesan diversas etapas de desarrollo y pueden experimentar dolor por la dentición o molestias por una lesión. Si su cachorro parece quejarse más de lo habitual y muestra signos de angustia, consulte a su veterinario para que le oriente y determine si hay algún problema médico subyacente que deba tratarse.
Cómo responder a los lloriqueos
A la hora de tratar los lloriqueos de su cachorro, es esencial mantener la calma y la paciencia. Los cachorros son sensibles a las emociones de sus dueños y responder con frustración puede empeorar su ansiedad. Evalúe la situación objetivamente. Si el lloriqueo es para llamar la atención, intente ignorar el comportamiento. Ceder puede reforzar el lloriqueo, enseñándoles que es una forma eficaz de conseguir lo que quieren. En su lugar, recompensa el comportamiento tranquilo con elogios o golosinas cuando se calmen.
Establecer una rutina constante puede reducir significativamente los lloriqueos. A los cachorros les gusta lo predecible y saber qué esperar puede proporcionarles una sensación de seguridad. Establezca horarios regulares de comida, baño y juego para que su cachorro entienda cuándo se satisfarán sus necesidades, lo que aliviará su ansiedad y reducirá al mínimo las posibilidades de que se queje por no haber satisfecho sus necesidades.
Crear un entorno seguro y cómodo es crucial para controlar los lloriqueos. Si su cachorro tiene problemas de ansiedad, considere la posibilidad de proporcionarle un espacio designado donde pueda refugiarse cuando se sienta abrumado. Este espacio puede ser una jaula o una habitación tranquila llena de sus juguetes y mantas favoritos. Animar a su cachorro a utilizar esta zona haciéndola acogedora puede ayudarle a encontrar consuelo.
En el caso de los lloriqueos relacionados con la ansiedad por separación, puede ser beneficioso dejar que el cachorro se acostumbre gradualmente a estar solo. Empiece dejándolo solo durante periodos cortos y aumente el tiempo a medida que se sienta más cómodo. Ofrecerle un juguete especial o una golosina que sólo reciba cuando usted se vaya puede ayudar a crear una asociación positiva con su ausencia.
Fomentar la confianza mediante la socialización
La socialización desempeña un papel fundamental en la reducción de los lloriqueos relacionados con la ansiedad. Exponer a su cachorro a distintas personas, entornos y experiencias puede ayudarle a aumentar su confianza. Actividades como pasear por diferentes barrios, asistir a clases para cachorros o invitar a amigos a casa pueden proporcionar valiosas oportunidades de socialización. Cuantas más experiencias tenga su cachorro, más seguro se sentirá en distintas situaciones.
En los casos en que el malestar físico sea la causa de los lloriqueos, es esencial consultar al veterinario. El veterinario puede evaluar el estado de salud de tu cachorro y ofrecerte recomendaciones para el control del dolor o el tratamiento. Ignorar los signos de dolor puede dar lugar a problemas más importantes, por lo que siempre es mejor ser proactivo.
Cuide su vínculo
Los lloriqueos también pueden formar parte del desarrollo natural de su cachorro. A medida que crecen, muchos cachorros superan el lloriqueo excesivo. Si el comportamiento persiste o empeora, es crucial tomar medidas para abordar las causas subyacentes. Observar atentamente a su cachorro y ser consciente de sus necesidades le permitirá responder con eficacia.
Crear un vínculo fuerte a través del tiempo de calidad, el juego y el adiestramiento puede profundizar su conexión. Un cachorro bien vinculado es más probable que se sienta seguro y menos propenso a lloriquear para llamar la atención. El adiestramiento también desempeña un papel importante en la reducción de los lloriqueos. Enseñar órdenes básicas, como «sentado», «quieto» y «callado», puede ayudar a controlar el comportamiento. Las técnicas de refuerzo positivo, que recompensan la calma y el comportamiento tranquilo, animan al cachorro a expresarse de formas más apropiadas.
Comprender las razones de los lloriqueos de tu cachorro requiere paciencia y observación. Cada cachorro es único y sus motivos para quejarse pueden variar. Si empatizas con sus necesidades y emociones, podrás crear un entorno enriquecedor que le ayude a sentirse seguro.
Si se siente abrumado por los lloriqueos de su cachorro, recuerde que muchos propietarios de cachorros se enfrentan a problemas similares. Buscar el apoyo de otros amantes de los perros o de profesionales puede aportarle ideas valiosas. Las clases de adiestramiento de cachorros, los foros en línea y los clubes caninos locales ofrecen una comunidad y unos recursos que le ayudarán a superar estos retos.
Los lloriqueos pueden deberse a varios factores, como la búsqueda de atención, las necesidades básicas, la ansiedad, el miedo, la sobreestimulación y el malestar físico. Observando de cerca a su cachorro, estableciendo rutinas y proporcionándole un entorno seguro, puede abordar eficazmente sus lloriqueos. Crear un vínculo fuerte mediante el adiestramiento y la socialización hará que su cachorro se sienta seguro y confiado. La paciencia y la comprensión son fundamentales para ayudar a tu cachorro en esta etapa de su desarrollo.