Muchos dueños de perros han experimentado el alegre y húmedo saludo de sus peludos compañeros. En cuanto entras por la puerta, tu perro se abalanza sobre ti y empieza a lamerte la cara, dejándote una mezcla de afecto y curiosidad. Quizá se pregunte: «¿Por qué me lame la cara mi perro?». Este comportamiento es común entre los perros y puede resultar desconcertante. Entender las razones de esta acción instintiva puede ayudar a reforzar el vínculo que comparte con su amigo canino.
Comunicación a través del lamido
Los perros son animales de manada por naturaleza y se comunican de formas que pueden parecernos extrañas. Lamer es una forma de comunicación e interacción en el mundo canino. Cuando su perro le lame la cara, puede significar varias cosas, todas ellas basadas en sus instintos y en su naturaleza afectuosa. Una de las principales razones de este comportamiento es mostrar afecto. Al igual que los humanos intercambian abrazos o besos, los perros utilizan el lamido como forma de expresar amor y apego. Es su forma de decir: «¡Me alegro de verte!».
Una muestra de sumisión
Lamer también puede indicar sumisión. En la naturaleza, los perros demuestran su sumisión a los líderes de la manada lamiéndolos. Su perro puede lamerle la cara para mostrarle respeto y reconocer su papel de líder. Este comportamiento es especialmente evidente en los perros más jóvenes o en los que se han incorporado recientemente a la familia. Aún están averiguando cuál es su lugar dentro de la jerarquía de la manada y pueden lamerle la cara como señal de sumisión y afecto.
Curiosidad y exploración
Los perros son animales curiosos por naturaleza. Cuando encuentran algo nuevo, tienden a explorarlo con la boca. Este comportamiento también se aplica a sus interacciones con los humanos. Si su cara desprende un olor especial, ya sea a comida, sudor o productos para el cuidado de la piel, es posible que su perro le lama la cara simplemente para investigar. Su sentido del olfato es muy superior al nuestro y suelen utilizar la lengua para obtener información sobre su entorno.
Comportamiento aprendido y refuerzo positivo
Lamer también puede ser un comportamiento aprendido. Si ha reaccionado positivamente a que su perro le lama la cara -tal vez riéndose, acariciándolo o prestándole atención-, es posible que continúe con este comportamiento porque lo asocia con un refuerzo positivo. Los perros son increíblemente perceptivos y pueden aprender rápidamente qué acciones producen respuestas favorables de sus compañeros humanos.
Cuando lamer indica estrés o malestar
Aunque la mayoría de los lamidos de cara son inofensivos y cariñosos, el lamido excesivo puede indicar otros problemas. Si su perro parece ansioso mientras le lame la cara, podría ser un signo de estrés o malestar. Algunos perros se lamen la cara para tranquilizarse cuando se sienten inseguros o ansiosos. Si observa que este comportamiento es cada vez más frecuente, sería aconsejable consultar a un veterinario o a un adiestrador canino profesional para abordar cualquier problema subyacente.
Afecciones médicas y lamido
En algunos casos, el lamido puede indicar una afección médica. Los perros pueden lamerse para aliviar molestias o picores causados por alergias, infecciones cutáneas u otros problemas de salud. Si de repente su perro empieza a lamerle la cara más de lo habitual o si observa otros cambios en su comportamiento, es esencial que lo vigile y acuda al veterinario si es necesario.
El contexto importa
El contexto en el que su perro le lame la cara puede ofrecerle información valiosa sobre lo que está intentando comunicarle. Por ejemplo, si su perro le lame la cara cuando está triste o estresado, puede que esté intentando reconfortarle. Los perros están en sintonía con las emociones humanas y perciben cuando algo va mal. Su instinto de ofrecer afecto y consuelo suele impulsar este comportamiento.
Momento oportuno y afecto
La hora del día también puede influir en este comportamiento. Muchos perros se vuelven más afectuosos durante momentos específicos, como cuando están emocionados por verle después de un largo día o durante el recreo. Esta excitación les lleva a menudo a lamer con entusiasmo para expresar su alegría. Las rutinas matutinas o nocturnas, a menudo más relajadas, tienden a animar a los perros a mostrar afecto a través del lamido, convirtiéndolo en una forma natural de expresar su amor.
Diferencias individuales en el comportamiento
No todos los perros lamen la cara por igual. El temperamento y la personalidad individuales desempeñan un papel importante en la forma de comunicarse de un perro. Algunos perros pueden ser más propensos a lamer que otros, influidos por su raza, crianza y experiencias de socialización. Algunas razas son conocidas por sus tendencias afectuosas y pueden lamer con más frecuencia como muestra de su naturaleza cariñosa.
Establecer límites
Comprender los matices de por qué los perros lamen la cara puede mejorar sus interacciones con su amigo peludo. Si aprecia el afecto pero quiere poner límites, considere la posibilidad de redirigir el comportamiento de forma positiva. Fomentar formas alternativas de afecto -como sentarse cerca o jugar- puede crear un equilibrio. Es esencial respetar la forma que tiene su perro de demostrar su afecto y, al mismo tiempo, establecer unos límites que le hagan sentirse cómodo.
Si el lamido se vuelve molesto o excesivo, puede ser útil redirigir la atención del perro. Darle juguetes o golosinas es una forma constructiva de dar salida a su energía y afecto. Adiestrar al perro para que entienda que lamer no siempre es apropiado también puede ser beneficioso. Utilizar órdenes como «no» o «fuera» en un tono suave puede ayudar a su perro a aprender cuándo debe dejar de lamer.
Abrazar el vínculo
El vínculo entre usted y su perro es único. Abrazar su naturaleza afectuosa y comprender las razones de su comportamiento puede profundizar su conexión. Cada lametón es un recordatorio de la lealtad y el compañerismo que supone tener un perro. Reconocer las motivaciones que hay detrás de sus acciones enriquece su relación durante años.