Muchos dueños de perros notan que sus mascotas se lamen las patas obsesivamente. Aunque lamerse de vez en cuando es normal, hacerlo en exceso puede provocar irritaciones cutáneas, infecciones y problemas de comportamiento. Reconocer las razones de este comportamiento es vital antes de buscar remedios caseros para aliviarlo.
Razones del lamido
Los perros pueden lamerse las patas por varios motivos, como alergias, aburrimiento, ansiedad o incomodidad. Las alergias -ya sean ambientales, alimentarias o relacionadas con las pulgas- pueden causar picor e irritación. Cuando los perros se sienten incómodos, suelen lamerse para aliviarse. El aburrimiento también puede provocar un lamido excesivo, sobre todo en perros que carecen de estimulación mental o física.
Abordar las causas subyacentes
Si su perro se lame excesivamente las patas, es esencial abordar la causa subyacente antes de intentar remedios caseros. Puede ser necesaria una visita al veterinario para descartar alergias u otros problemas médicos. Sin embargo, si su perro goza de buena salud y el lamido parece deberse al aburrimiento o a un hábito, existen varios remedios caseros que pueden ayudarle.
Mejorar la estimulación física y mental
Proporcionar más estimulación física y mental es un remedio casero eficaz. Los paseos regulares, el tiempo de juego y los juguetes interactivos pueden mantener a su perro ocupado y reducir las ganas de lamer. Los rompecabezas que dispensan golosinas pueden ocupar especialmente la mente de su perro. Incorporar sesiones de adiestramiento en las que se enseñen nuevos trucos u órdenes también puede ser beneficioso, ya que ofrece tanto un reto mental como una experiencia gratificante.
Crear un entorno seguro
Es fundamental crear un entorno cómodo y seguro. Un perro ansioso o estresado puede recurrir al lamido como mecanismo de supervivencia. La creación de una rutina predecible con horarios designados para los paseos, las comidas y el juego puede infundir una sensación de seguridad. Considere ayudas calmantes como envolturas contra la ansiedad, difusores de feromonas o música relajante adaptada a los perros para ayudar a reducir el estrés.
Remedios naturales para el cuidado de las patas
Los remedios naturales pueden aliviar las patas de su perro. Un baño de avena es una opción suave: muela avena en polvo fino y mézclela con agua tibia en una bañera o un recipiente grande. Deje que su perro se remoje las patas durante unos 10 ó 15 minutos. Las propiedades antiinflamatorias de la avena pueden aliviar el picor y la irritación. Después del baño, seca las patas de tu perro dando golpecitos suaves con una toalla limpia.
El aceite de coco es otra opción conocida por sus propiedades hidratantes y antibacterianas. Aplique una pequeña cantidad de aceite de coco virgen directamente sobre las patas de su perro para calmar la irritación e hidratar la piel. Vigile a su perro después de la aplicación para evitar que se lo lama.
Consideraciones dietéticas
Si el lamido está relacionado con la alergia, los cambios en la dieta pueden ayudar. Algunos perros se benefician de una dieta hipoalergénica que elimine los alérgenos comunes. Consulte a su veterinario antes de realizar cambios importantes en la dieta. Complementar las comidas con ácidos grasos omega-3 también puede mejorar la salud de la piel y reducir la inflamación.
Mantener un entorno limpio
Mantener limpio el entorno de su perro puede ayudar a evitar que se lama en exceso. Lave con regularidad la ropa de cama, los juguetes y las zonas de uso frecuente de su perro para reducir al mínimo los alérgenos e irritantes. Después de los paseos, limpie las patas de su perro con un paño húmedo para eliminar la suciedad, el polen o los irritantes recogidos en el exterior.
Bálsamo para las patas DIY
La creación de un bálsamo para las patas DIY puede ofrecer un alivio adicional. Derrite manteca de karité, cera de abejas y aceite de coco a partes iguales y vierte la mezcla en un recipiente pequeño. Una vez enfriado y solidificado, este bálsamo puede proporcionar una barrera protectora para las patas de tu perro y calmar la irritación. Aplícalo después de los paseos o siempre que notes que se lame en exceso.
Control y ajuste del comportamiento
Es esencial vigilar de cerca los hábitos de lamido de su perro. Lleve un diario de cuándo y dónde se lame las patas su perro para identificar patrones o desencadenantes específicos. La comprensión de estos desencadenantes permitirá realizar ajustes en la rutina o el entorno del perro, lo que ayudará a reducir el lamido.
Buscar ayuda profesional
Si el lamido persiste a pesar de los remedios caseros, puede ser necesario consultar a un veterinario o a un especialista en comportamiento veterinario. Ellos pueden identificar problemas médicos o de comportamiento subyacentes que deban abordarse. Buscar ayuda es crucial si el lamido provoca lesiones o infecciones.
Soluciones temporales
El uso de un collar isabelino, comúnmente conocido como cono, puede impedir temporalmente que el perro se lama las patas mientras se tratan los problemas subyacentes. Sin embargo, no debe ser una solución a largo plazo. Céntrese en modificar el comportamiento mediante técnicas de refuerzo positivo y distracción.
Fomentar un estilo de vida saludable
Fomentar un estilo de vida saludable puede influir significativamente en la reducción del lamido excesivo. El ejercicio regular, una dieta equilibrada y las revisiones veterinarias rutinarias contribuyen al bienestar general del perro, haciéndolo menos propenso a comportamientos compulsivos como lamerse las patas.
Estar atento a las necesidades de su perro es vital para una tenencia responsable. Si observa que se lame en exceso, actúe para identificar la causa y aplique remedios caseros para mejorar la situación. Cada perro es único, por lo que la paciencia y la voluntad de probar distintos métodos son esenciales para encontrar lo que mejor funciona para su amigo peludo. Comprender el comportamiento de su perro y tomar medidas para abordarlo refleja su compromiso con su bienestar. Si le proporciona un entorno seguro, atractivo y saludable, puede ayudar a su perro a llevar una vida feliz y plena, libre de la incomodidad que supone lamerse las patas en exceso.