¿Qué es la Ivdd en perros?

¿Qué es la Ivdd en perros?

La enfermedad del disco intervertebral (EIVD) es una afección importante que afecta a la columna vertebral de los perros, especialmente de los que tienen la espalda larga y las patas cortas, como los perros salchicha, los beagles y los corgis. Reconocer la IVDD es vital para los propietarios de perros, ya que puede afectar en gran medida a su salud, movilidad y calidad de vida en general. Si no se diagnostica y trata a tiempo, esta enfermedad puede provocar dolor, lesiones nerviosas y, potencialmente, parálisis.

Anatomía de la columna vertebral

La columna vertebral está formada por vértebras que protegen la médula espinal, con discos intervertebrales que actúan como amortiguadores entre ellas. Estos discos tienen un centro blando y gelatinoso rodeado por una capa externa más dura. En los perros con IVDD, estos discos pueden degenerar, abultarse o romperse, lo que puede comprimir la médula espinal y los nervios. Aunque la IVDD puede producirse en cualquier parte de la columna vertebral, es más frecuente en la región toracolumbar, situada en el centro de la espalda.

Síntomas a tener en cuenta

Los síntomas de la IVDD pueden variar en función de la gravedad de la afección y del grado de afectación de los nervios. Los signos más comunes son:

  • Dolor de espalda

  • Reticencia a moverse

  • Dificultad para caminar

  • Cambios de comportamiento

Algunos perros pueden mostrar la espalda encorvada, arrastrar las patas traseras o mostrar signos de debilidad. En casos graves, los perros pueden perder por completo la capacidad de andar. La detección precoz de estos síntomas es crucial para un tratamiento eficaz.

Buscar atención veterinaria

Si sospecha que su perro puede padecer una IVDD, es esencial que acuda rápidamente al veterinario. El veterinario realizará un examen físico exhaustivo y puede recomendar pruebas de diagnóstico por imagen, como radiografías o una resonancia magnética, para evaluar la columna vertebral y el estado de los discos intervertebrales. Un diagnóstico precoz aumenta considerablemente las posibilidades de éxito del tratamiento y la recuperación.

Opciones de tratamiento

El tratamiento de la IVDD varía en función de la gravedad de la enfermedad. En los casos leves, puede ser adecuado el tratamiento conservador, que incluye:

  • Reposo estricto

  • Control del dolor

  • Medicamentos antiinflamatorios

La fisioterapia también puede ayudar a la recuperación restaurando la fuerza y la movilidad al tiempo que minimiza el dolor. Muchos perros se benefician de estos tratamientos conservadores y pueden volver a sus actividades normales.

En los casos más graves, con una compresión significativa de la médula espinal o déficits neurológicos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica. El tipo de cirugía dependerá de la naturaleza específica de la IVDD y de la localización del disco afectado. Entre los procedimientos habituales se encuentran la discectomía, que consiste en extirpar el material discal problemático, y la laminectomía, que consiste en extirpar parte de una vértebra para aliviar la presión sobre la médula espinal. Aunque la cirugía es más invasiva, puede proporcionar un alivio inmediato y evitar mayores daños en la columna vertebral.

El proceso de recuperación

La recuperación de una IVDD requiere dedicación tanto por parte del propietario del perro como de la mascota. Tras la cirugía o durante el tratamiento conservador, es importante seguir meticulosamente las instrucciones del veterinario. Esto puede implicar limitar la actividad física, seguir un régimen de fisioterapia y administrar los medicamentos según lo prescrito. Llevar un seguimiento de la evolución del perro y comunicar cualquier cambio al veterinario es crucial para una recuperación satisfactoria.

Adaptación a la vida con IVDD

El cuidado de un perro con IVDD puede plantear retos emocionales y logísticos. Es posible que los propietarios tengan que modificar el entorno doméstico para satisfacer las necesidades de su perro. Esto podría implicar la instalación de rampas para facilitar el acceso a los muebles, el uso de camas ortopédicas para apoyar la columna vertebral y asegurarse de que el espacio vital esté libre de obstáculos que puedan provocar lesiones.

Mantener un peso saludable también es vital para los perros diagnosticados de IVDD. El exceso de peso puede sobrecargar la columna vertebral y empeorar la enfermedad. Una dieta equilibrada y el ejercicio adecuado, según las recomendaciones del veterinario, pueden ayudar a mantener un peso saludable y favorecer la recuperación.

Prevención de la IVDD

Aunque la prevención de la IVDD puede no ser posible, especialmente en razas predispuestas, los propietarios de perros pueden tomar medidas para reducir el riesgo. Evitar las actividades que impliquen saltos o juegos bruscos puede ayudar a proteger la espalda del perro. Enseñar a los perros a utilizar rampas en lugar de escaleras también puede ser beneficioso. Las revisiones veterinarias periódicas pueden detectar signos precoces de problemas de columna, lo que permite intervenir a tiempo.

Apoyo emocional para los propietarios

Cuidar de un perro con DVI puede ser emocionalmente agotador. Ser testigo de la lucha de una mascota querida contra el dolor o los problemas de movilidad puede ser desgarrador. Buscar el apoyo de amigos, familiares o comunidades en línea puede proporcionar consuelo y consejos prácticos. Compartir experiencias con otras personas que se han enfrentado a retos similares fomenta un sentimiento de comunidad y comprensión.

Pronóstico y cuidados continuos

Muchos perros diagnosticados de IVDD pueden llevar una vida feliz y plena con el tratamiento y los cuidados adecuados. Aunque algunos pueden tener problemas o limitaciones recurrentes, otros pueden recuperarse por completo y volver a sus niveles de actividad anteriores. La intervención temprana y el cumplimiento de los planes de tratamiento son fundamentales para determinar los resultados.

Los veterinarios y los propietarios de mascotas deben estar atentos a los signos de la IVDD y a los pasos necesarios para su diagnóstico y tratamiento. Informarse sobre esta enfermedad permite a los propietarios actuar con rapidez si su perro presenta síntomas preocupantes. Comprender la IVDD no sólo implica reconocer la enfermedad, sino también ser proactivo para garantizar el mejor cuidado de nuestros compañeros peludos.

A medida que avanza la investigación sobre las causas y los tratamientos de la IVDD, hay esperanzas de mejorar las terapias y los resultados para los perros afectados. La comunidad veterinaria se centra cada vez más en desarrollar mejores estrategias preventivas y protocolos de tratamiento, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los perros diagnosticados con esta enfermedad.

Reconocer los signos de la IVDD y buscar atención veterinaria inmediata puede marcar una diferencia significativa en la vida de un perro. El vínculo entre humanos y perros es profundo, y tomar las medidas necesarias para garantizar su salud y felicidad es un compromiso importante.