¿Qué causa las convulsiones en los perros?

¿Qué causa las convulsiones en los perros?

Presenciar una crisis epiléptica puede ser una experiencia muy angustiosa. Las sacudidas repentinas, los temblores o la pérdida de consciencia pueden hacerle sentir ansioso e impotente. Conocer las causas de las convulsiones en los perros es crucial para una gestión eficaz de su salud y bienestar.

Causas comunes de las convulsiones

Las convulsiones en los perros a menudo indican un problema subyacente en lugar de ser una enfermedad independiente. Una de las causas principales es la epilepsia, un trastorno neurológico que se observa con frecuencia en perros jóvenes pero que puede afectar a perros de cualquier edad. La epilepsia puede clasificarse como idiopática cuando no se identifica una causa específica. Algunas razas, como los beagles, los border collies y los pastores alemanes, son más propensas a padecer esta enfermedad, que puede tener un componente genético.

Los tumores cerebrales son otra causa grave, sobre todo en perros mayores. Estos tumores pueden clasificarse como primarios, que se originan en el cerebro, o secundarios, que se extienden desde otras partes del cuerpo. Otros trastornos neurológicos, como la encefalitis o la meningitis, también pueden provocar convulsiones. Si nota convulsiones en su perro, es esencial una evaluación veterinaria para descartar estas afecciones graves.

Los trastornos metabólicos también son desencadenantes frecuentes. Los niveles bajos de azúcar en sangre (hipoglucemia), las enfermedades hepáticas y la insuficiencia renal pueden provocar convulsiones. Los cachorros de razas pequeñas son especialmente propensos a la hipoglucemia debido a sus reservas limitadas para mantener estables los niveles de azúcar en sangre. El tratamiento adecuado de estas enfermedades es vital para prevenir episodios de convulsiones.

Toxinas e infecciones

Las toxinas suponen un riesgo importante para los perros y pueden provocar convulsiones. Entre las sustancias tóxicas más comunes se encuentran el chocolate, el xilitol (un edulcorante) y ciertas plantas. La ingestión accidental de medicamentos no prescritos para ellos, como los analgésicos para humanos, también puede desencadenar convulsiones. Mantener las sustancias peligrosas alejadas del perro y ser consciente de posibles exposiciones durante los paseos es crucial.

Las infecciones también pueden afectar al sistema nervioso del perro y provocar convulsiones. Enfermedades como el moquillo canino, la leptospirosis o la enfermedad de Lyme pueden tener efectos neurológicos. Mantenerse al día en vacunaciones y cuidados preventivos minimiza el riesgo de infecciones que podrían provocar convulsiones.

Estrés y traumatismos

Las convulsiones pueden producirse por estrés grave o traumatismo. La angustia emocional, como la pérdida de un compañero o cambios significativos en el entorno doméstico, puede desencadenar convulsiones en perros sensibles. Los traumatismos físicos, como caídas o accidentes, también pueden provocar convulsiones debidas a lesiones cerebrales. Vigilar el entorno del perro y controlar los factores estresantes puede ayudar a reducir la probabilidad de episodios convulsivos.

Ciertos medicamentos también pueden tener como efecto secundario la actividad convulsiva. Si su perro toma medicación, es esencial que comente cualquier duda con su veterinario. Éste puede evaluar si la medicación puede estar contribuyendo a las convulsiones y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.

Qué hacer durante una convulsión

Durante una convulsión, es importante mantener la calma. Evite sujetar al perro o ponerle algo en la boca, ya que podría lesionarse. Asegúrate de que tu perro se encuentra en una zona segura y mide la duración de la crisis. Si dura más de cinco minutos o si se producen varias crisis seguidas, acuda inmediatamente al veterinario.

Tras una crisis, su perro puede mostrar desorientación o letargo. Esta fase postictal puede durar desde varios minutos hasta unas horas. Durante este tiempo, es fundamental proporcionarle un espacio tranquilo y cómodo para que se recupere y tranquilizarle.

Evaluación y tratamiento veterinarios

Si su perro sufre convulsiones, es necesaria una evaluación veterinaria exhaustiva para determinar la causa subyacente. Las pruebas de diagnóstico pueden incluir análisis de sangre, análisis de orina y estudios de imagen como radiografías o resonancias magnéticas. Estas evaluaciones ayudan a identificar problemas metabólicos, infecciones o problemas estructurales en el cerebro.

Las opciones de tratamiento varían en función de la causa subyacente. En el caso de la epilepsia, pueden recetarse anticonvulsivos como el fenobarbital o el bromuro potásico para ayudar a controlar la frecuencia y gravedad de las crisis. Las revisiones veterinarias periódicas y los análisis de sangre son esenciales para controlar la eficacia del tratamiento y ajustar las dosis según sea necesario.

En el caso de los trastornos metabólicos, es fundamental abordar el problema subyacente. Esto puede implicar cambios en la dieta, medicamentos para tratar enfermedades hepáticas o renales, o insulina para la diabetes. Un estrecho seguimiento de la salud de su perro y la colaboración con su veterinario garantizarán un tratamiento eficaz.

En los casos desencadenados por toxinas, la atención se centra en eliminar la fuente y proporcionar cuidados de apoyo. Dependiendo de la gravedad, el veterinario puede inducir el vómito o administrar carbón activado para limitar la absorción de toxinas.

Control de las convulsiones

La creación de un entorno estable puede beneficiar significativamente a los perros propensos a las convulsiones. Establecer una rutina, minimizar el estrés y emplear técnicas calmantes puede ayudar a reducir la frecuencia de las convulsiones. Algunos propietarios de mascotas obtienen buenos resultados con suplementos naturales que favorecen la relajación, pero consulte siempre a su veterinario antes de probar nuevos productos.

Cada perro es único, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. La comunicación regular con su veterinario es vital para una gestión eficaz de la salud. Llevar un diario de las convulsiones que documente la frecuencia, la duración y las circunstancias puede proporcionar información valiosa para perfeccionar el plan de tratamiento.

Aunque las convulsiones pueden ser alarmantes, muchos perros con epilepsia o trastornos convulsivos pueden llevar una vida feliz y plena con los cuidados y el tratamiento adecuados. Ser un propietario informado y proactivo es esencial. Si observa signos de convulsiones, como espasmos o comportamientos inusuales, póngase en contacto con su veterinario lo antes posible. Una intervención precoz puede repercutir significativamente en la salud y el bienestar de su perro.

Comprender las causas de las convulsiones en los perros es vital para proporcionarles la mejor atención posible. Con compasión y diligencia, puede ayudar a su perro a sobrellevar su enfermedad y disfrutar de su vida con usted. Recuerde que dispone de apoyo y que su veterinario está ahí para ayudarle en todo momento.