La torsión de estómago, también llamada dilatación gástrica-volvulus (GDV), supone una grave amenaza para los perros, especialmente los de razas grandes. Esta afección se produce cuando el estómago se llena de gas y se retuerce, restringiendo el flujo sanguíneo y pudiendo provocar un shock o la muerte si no se trata rápidamente. Saber cómo prevenir la GDV es esencial para todo propietario de un perro, ya que esta enfermedad puede desarrollarse de forma rápida e inesperada.
Razas y factores de riesgo
Ciertas razas, como el Gran Danés, el Doberman Pinscher y el San Bernardo, son más propensas a sufrir torsión de estómago. Aunque cualquier perro puede verse afectado, reconocer los factores de riesgo ayuda a los propietarios a tomar medidas proactivas. Los perros con el pecho profundo y los perros mayores son especialmente vulnerables.
Las prácticas alimentarias son importantes
Ajustar los hábitos alimentarios puede reducir significativamente el riesgo de GDV. En lugar de una comida copiosa, ofrezca raciones más pequeñas y frecuentes. Un estómago lleno puede estirarse y aumentar la presión sobre los órganos circundantes, lo que aumenta la probabilidad de torsión. Dividir la ingesta diaria de alimentos en varias comidas más pequeñas ayuda a evitar que el estómago se llene en exceso.
La calidad de la comida también desempeña un papel crucial. Elija comida para perros digestible y de alta calidad para minimizar la producción de gases. Los alimentos cargados de rellenos o ingredientes artificiales pueden provocar gases excesivos, aumentando el riesgo de VDG. Busque comida para perros cuyo ingrediente principal sea la carne de verdad y evite los aditivos innecesarios.
Control del nivel de actividad
Es fundamental controlar la actividad del perro durante y después de las comidas. Muchos perros comen deprisa, lo que puede provocar una ingesta excesiva de aire e hinchazón. Los cuencos de alimentación lenta son una herramienta excelente para fomentar una alimentación más pausada. Colocar un objeto grande en el cuenco también puede ralentizar el proceso de alimentación y facilitar la digestión.
También debe limitarse el ejercicio después de comer. Realizar actividades enérgicas inmediatamente después de comer puede aumentar el riesgo de VDG. Deje pasar al menos una o dos horas para que el estómago de su perro se asiente antes de permitirse juegos enérgicos.
Crear un entorno tranquilo
Mantener a su perro tranquilo durante y después de las comidas contribuye a la prevención. El estrés y la excitación pueden aumentar la frecuencia cardiaca y la respiración, agravando el riesgo de hinchazón. Un entorno tranquilo para comer permite a su perro relajarse y disfrutar de la comida sin estrés añadido.
Control de la salud y del peso
Las revisiones veterinarias periódicas son esenciales para identificar cualquier problema de salud subyacente que pueda hacer que su perro sea más susceptible a la torsión gástrica. Si su perro tiene antecedentes de distensión abdominal, comente con su veterinario los cambios dietéticos o las medidas preventivas. Reconocer el comportamiento normal de su perro es crucial. Cualquier signo de malestar, como caminar o babear, debe motivar una visita inmediata al veterinario.
Mantener un peso saludable es fundamental para la salud general de su perro y puede influir en el riesgo de torsión de estómago. La obesidad aumenta la probabilidad de diversos problemas de salud, entre ellos la GDV. Una dieta equilibrada y el ejercicio regular son vitales para conseguir y mantener un peso saludable, y su veterinario le orientará sobre el peso ideal de su perro.
Opciones quirúrgicas para perros de alto riesgo
Para los perros con predisposición a la GDV, los veterinarios pueden recomendar un procedimiento quirúrgico conocido como gastropexia. Esta cirugía sujeta el estómago a la pared abdominal, impidiendo que se retuerza. Aunque esta opción requiere una consideración cuidadosa, puede ser valiosa para las razas de alto riesgo, especialmente las que tienen antecedentes de distensión abdominal. Comente esta opción con su veterinario para aclarar sus ventajas y riesgos.
Reconocer las señales de advertencia
Ser consciente de los síntomas de la GDV es crucial para todo propietario de un perro. Éstos pueden incluir un abdomen hinchado, arcadas improductivas, babeo excesivo, inquietud y signos de dolor. Si aparece alguno de estos síntomas, acuda inmediatamente al veterinario, ya que una actuación rápida puede salvar la vida de su perro.
Infórmese sobre su raza
Familiarizarse con la raza específica de su perro puede proporcionarle información sobre sus riesgos sanitarios específicos. Cada raza puede tener tendencias diferentes en cuanto a problemas de salud. Acceder a recursos fiables en Internet y consultar a su veterinario puede ayudarle a comprender mejor cómo mantener sano a su perro.
Preparación para emergencias
Tener un botiquín de primeros auxilios para su perro es una medida proactiva. Aunque no evitará las torceduras de estómago, estar preparado puede marcar la diferencia en caso de emergencia. Entre los artículos esenciales se incluyen gasas, toallitas antisépticas y un bozal para proteger a todos los implicados en momentos de angustia. Saber cómo sujetar al perro de forma segura puede aliviar una situación difícil.
Establezca una relación con su veterinario
Establecer una buena relación con su veterinario es vital para la salud de su perro. Una comunicación regular sobre cualquier cambio en el comportamiento, la dieta o los niveles de actividad mantiene informado a su veterinario, lo que le permite proporcionarle unos cuidados óptimos. También puede compartir nuevas investigaciones o recomendaciones sobre la prevención de la torsión de estómago y otros problemas de salud.
Ser un propietario responsable implica comprender los riesgos asociados a la torsión de estómago y tomar medidas para mitigarlos. Mediante la aplicación de estrategias de alimentación cuidadosas, la supervisión de los niveles de actividad y la atención veterinaria periódica, puede reducirse significativamente la probabilidad de que el perro sufra una torsión de estómago. Su perro depende de usted para su bienestar, y saber cómo prevenir la torsión de estómago es una parte esencial de esa responsabilidad. Con diligencia y cuidado, puede ayudar a garantizar que su querida mascota se mantenga sana y feliz, permitiéndole disfrutar de innumerables momentos de alegría juntos.